martes, 1 de enero de 2013

LA PRIMERA Y LA ÚLTIMA.


En junio de 2012 volví 40 años después, a Lastarria 90, el lugar que me vio nacer como actor. Lo hice con la primera obra que escribí en el exilio, en Paris, “La increíble y triste historia del General Peñaloza y el exiliado Mateluna”.
Fue una jornada memorable que tengo grabada a fuego en mi corazón.  Me abracé con mis amigos, me subí a las tablas con los viejos alephianos y frente a un público desbordante abrí simbólicamente mi maleta, iniciando el desembarco en mi país, el regreso a casa. 
Regresar no es solo un acto de nostalgia ni de reencuentro con el pasado, también puede y  debe ser un ajuste de cuentas con el futuro. Regresar es a la vez renacer y en una especie muy personal de reencarnación hoy vuelvo a través de un nuevo teatro Aleph en Chile, un teatro formado por jóvenes con el idealismo y la pasión que una vez tuvimos el puñado de alumnos del Instituto Nacional y del Liceo de Niñas N°1 que emprendimos esta larga aventura del Aleph de los años 60.
Esos jóvenes son parte del elenco que montó conmigo en junio “El regreso del exiliado Mateluna”, y con el apoyo de alephianos de siempre, iniciamos la aventura de formar el nuevo Teatro Aleph de Chile, que funcionará en forma permanente en la nueva sala Oscar Castro, en el Teatro Camino de Tito Noguera. 
En la inauguración del flamante y envidiablemente joven Aleph de Chile, nos subiremos al escenario de la sala “La Comedia”, del entrañable Ictus, el primero que nos abrió las puertas y  cobijó a nuestro teatro en los 70.  En 6 funciones a partir del 7 de enero, este nuevo Aleph pone en escena mi pieza más reciente: “Sube, sube la espumita”.   
Pero como no hay futuro sin pasado, el último fin de semana de enero haré “El exiliado Mateluna” en el Museo de la Memoria, donde dejaré a Mateluna para renovar la vida y los sueños, que son los motores de la historia. Así, amigos, les traigo calentitas la primera y la última de mis obras del exilio, el alfa y el omega, el principio y el fin, que es una nueva forma de comenzar.

                 Oscar “Cuervo” Castro





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